sábado, 4 de diciembre de 2010

Rafael Paz Paredes a Francisco Morazán

Mi General a solas

Por: Rafael Paz Paredes


Atento estoy a darte los buenos días
General, mi General a solas,
Padre de tantas patrias repartidas,
venero inagotable de heroísmos,
Capitán infeliz, suma del sueño,
hijo de la luz recién nacida
en campos desolados que no atinan
a perfilar tu imagen todavía.

Atento estoy a tu reclamo, Padre,
pues ya mi madre tierra está rastreando
las secas huellas de tus lágrimas.

Por ellas corre un río manantial
el espejismo que empujó tu sino
hacia el mortal madero del ensueño.

Todos los días, al nacer el alba
busco tu nombre en mi breviario;
busco la sangre que no alcanza
a colmar la amargura de tu cáliz.

Tus ojos visionarios corren pares
con tu impar hidalguía de soldado;
pionero de las ansias libertarias,
General de la idea, baluarte recio,
donde acuna su amor mi Centroamérica.

Hoy quiero confesarte, Morazán,
que tu trágica partida
no restañó la herida
abierta en el costado del pueblo.

Tus huestes invencibles aún cabalgan
por cerros y por montes solitarios
cuyo seno de rocas se conmueve
bajo el peso ancestral de tus pisadas.

Escruta en vano la mirada terca
el cielo de la noche, constelado
de rútilas estrellas incendiadas.
Tu rostro ya no brilla iluminando
la eterna noche de mi patria.

Regresa, General de las luciérnagas,
íntegro escudo, lanza invencible,
capitán de veras, armado caballero del decoro,
regresa un día a conquistar de nuevo
la tierra que copió tu imagen limpia
el perfil de tu bronce que aún resuena
cual campana de luz —clarín alerta—
en la noche sin fin de la esperanza.

Tu pueblo está aguardando tu retorno
con los puños en alto, como antenas,
elevándose más allá de tus pinares
y de la onda nebulosa en que circula
el mensaje de unión que nos legaste.

Arita, C. M. (3 de Octubre de 1982). El Declamador Nacional. La Tribuna .



Compilación hecha por, Joel Edimar Cruz, Apreciación Literaria, UNITEC

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